TENSIONES EN LA CGT: UN SECTOR RESISTE EL ASCENSO DE CRISTIAN JERÓNIMO EN LAS ELECCIONES DEL MIÉRCOLES

MIENTRAS LA CENTRAL OBRERA BUSCA RENOVAR SU CONDUCCIÓN EN MEDIO DE DIVISIONES INTERNAS, UN BLOQUE VETA AL DIRIGENTE VIDRIERO, POR SU ALINEACIÓN CON PABLO MOYANO Y SU FALTA DE PESO PARA LIDERAR LA RESISTENCIA AL AJUSTE MILEÍSTA.



La CGT elige conducción el próximo miércoles 5 de noviembre en un clima de tensión que, desde la mirada gremial, pone en jaque la estabilidad de la mayor central obrera del país. El epicentro del conflicto es Cristian Jerónimo, secretario de Salud Laboral y candidato al triunvirato por un bloque de sindicatos medianos. Con solo 16.000 afiliados en el SEIVARA, su postulación es vista como un intento de copar espacios sin respaldo real, priorizando ambiciones personales sobre la unidad y la capacidad de negociación.

Los grandes sindicatos —Sanidad (Héctor Daer), Comercio (Armando Cavalieri), Alimentación (Rodolfo Daer), Gastronómicos (Luis Barrionuevo), Camioneros (Hugo Moyano) y UTA (Roberto Fernández)— cierran filas contra Jerónimo. Argumentan que su gremio carece de volumen para integrar la cúpula y que su trayectoria está atada al ala dura de Pablo Moyano, lo que genera desconfianza. En reuniones recientes, Daer y Cavalieri le reprocharon abiertamente su "falta de representatividad" y su rol en paritarias menores, incapaces de frenar la reforma laboral que amenaza convenios y fondos sindicales.

Desde el enfoque gremial, el rechazo no es capricho: la CGT necesita líderes con músculo para negociar con un gobierno que avanza en la precarización y el recorte de aportes. Jerónimo, pese a su discurso renovador, no ha demostrado capacidad para unir a los grandes ni para garantizar la caja que sostiene la obra social y la estructura. Sus aliados —UOCRA, UPCN, aeronavegantes— suman peso pero no compensan la ausencia de los históricos. La amenaza de lista alternativa solo profundiza la fractura y debilita el frente ante Milei.

En un contexto de despidos, inflación y DNU antiobrero, la central no puede arriesgarse a un triunvirato sin autoridad. Los "Gordos" y Moyano defienden la experiencia probada para resistir el ajuste y preparar el terreno peronista al 2027. Excluir a Jerónimo no es personal: es preservar la CGT como herramienta de lucha, no como trampolín de dirigentes sin respaldo. El miércoles se juega la supervivencia de la unidad gremial. 


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