TRAS EL DESPIDO DE 96 TRABAJADORES Y LA RATIFICACIÓN DE LA EMPRESA DE NO REINCORPORARLOS, EL SINDICATO DE OBREROS CERAMISTAS DE OLAVARRÍA (SOECO) Y FOCRA INICIARON UN PARO POR TIEMPO INDETERMINADO, DENUNCIANDO MANIOBRAS ECONÓMICAS DEL HOLDING PROPIETARIO.
La planta de Cerro Negro en Olavarría, una de las principales productoras de cerámicos del país, se encuentra en el centro de un conflicto laboral tras el despido de 96 trabajadores, equivalente al 25% de su plantilla. Luego de la finalización de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense, la empresa, propiedad del holding Sociedad Comercial del Plata SA, ratificó su decisión de no reincorporar a los operarios despedidos, desatando una huelga por tiempo indeterminado liderada por el Sindicato de Obreros Ceramistas de Olavarría (SOECO) y respaldada por la Federación de Obreros Ceramistas de la República Argentina (FOCRA).
El conflicto, que escaló en la madrugada del 24 de abril con un corte de la Ruta Nacional 226, refleja la creciente tensión entre los trabajadores y la patronal en un contexto de crisis económica que golpea al sector de la construcción. La empresa justificó los despidos por una “caída sostenida en la demanda de materiales” y la paralización de la obra pública, argumentos que los gremios califican de “falaces”. Según FOCRA, Cerro Negro reportó ganancias por más de 65.000 millones de pesos en 2024, mientras realizaba transferencias intragrupo por 6.445,3 millones de pesos a otras empresas del holding, lo que sugiere una maniobra para simular una crisis económica.
“Es inaceptable que una empresa con millonarias ganancias despida a trabajadores que son el corazón de la producción. Cerro Negro no está en crisis, está priorizando sus bolsillos sobre la estabilidad de las familias de Olavarría”, denunció Gustavo Bustamante, secretario general de SOECO. El dirigente advirtió que, de los 96 despedidos, 42 casos persisten sin resolución, aunque hay esperanza de recuperar al menos cinco puestos en negociaciones. “No hay señales de mejora en el corto o mediano plazo. La industria ceramista está en jaque a nivel nacional”, añadió, señalando que otras plantas del sector enfrentan problemas similares.
Carlos Zamboni Siri, abogado de FOCRA, apuntó contra la estrategia empresarial: “Son empresarios que prefieren importar antes que producir localmente, a pesar de contar con tecnología de punta y un mercado interno que podría sostenerse. Hablamos con el corazón, pero ellos responden con el bolsillo”. Zamboni también criticó la falta de un procedimiento preventivo de crisis, obligatorio en casos de despidos masivos, y vinculó la decisión de Cerro Negro al contexto político, ya que los despidos comenzaron un día después de la aprobación de un nuevo acuerdo con el FMI en la Cámara de Diputados. “Esto no es una crisis sectorial, es una embestida contra los trabajadores para maximizar ganancias”, sentenció.
La respuesta gremial no se hizo esperar. Además de la huelga, los trabajadores realizaron asambleas y un bloqueo pacífico de la planta, exigiendo la reincorporación inmediata de los despedidos. “No vamos a permitir que se destruya el tejido productivo de Olavarría. Si la empresa no da marcha atrás, seguiremos con medidas de fuerza”, afirmó un delegado de SOECO. La comunidad local, golpeada por el impacto económico y simbólico de los despidos, expresó su apoyo a los trabajadores, mientras la Pastoral Social de Azul emitió un comunicado alertando sobre las “consecuencias de priorizar lo económico sobre lo humano”.
El conflicto en Cerro Negro se inscribe en un panorama más amplio de despidos masivos en la industria argentina, agravado por la apertura de importaciones y la recesión económica. En las últimas semanas, empresas como Fabi Bolsas Industriales y Bridgestone también cerraron plantas o redujeron personal, dejando a cientos de trabajadores sin empleo. Para los gremios, estas medidas reflejan el impacto de las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, que han debilitado la industria nacional en favor de la importación de productos como cerámicos de Brasil y China.
La reunión del 29 de abril en el marco del Consejo del Salario, donde la CGT y las CTA discutirán un nuevo salario mínimo, podría influir en el conflicto al visibilizar la precariedad laboral en sectores clave como la construcción. Mientras tanto, los trabajadores de Cerro Negro mantienen su lucha en las calles, con el respaldo de la comunidad y la firme convicción de que “el trabajo no se negocia”. El futuro de la planta, una de las más emblemáticas de Olavarría, permanece incierto, pero los gremios aseguran que no cederán hasta lograr la reincorporación de los despedidos y garantías para el resto de la plantilla.