DIRIGENTES Y TRABAJADORES FERROVIARIOS CUESTIONAN AL LÍDER DE LA UNIÓN FERROVIARIA POR SU SILENCIO FRENTE AL CIERRE DE RAMALES Y DESPIDOS, MIENTRAS BUSCA RÉDITO CON LA CRUZADA SOLIDARIA A BAHÍA BLANCA.
El Tren Solidario, que trasladó once vagones con donaciones
a Bahía Blanca para asistir a los damnificados por el temporal del pasado 7 de
marzo, se convirtió en un símbolo de la solidaridad gremial. Sin embargo, la
iniciativa, impulsada por diversos sectores ferroviarios y la Agencia Rieles,
desató una ola de críticas hacia Sergio Sasia, secretario general de la Unión
Ferroviaria (UF), acusado de intentar apropiarse del éxito de la acción
mientras evade responsabilidades en la crisis que atraviesa el sector.
En un comunicado reciente, Sasia destacó el “increíble
trabajo” de los ferroviarios y calificó al Tren Solidario como “un paso más del
brazo solidario” de su gremio, asegurando que “superó todas las expectativas”.
Sin embargo, sus palabras generaron un fuerte rechazo entre dirigentes y
trabajadores, quienes le reprochan meses de silencio frente al ajuste en la
actividad ferroviaria. “Se colgó de la tragedia de Bahía Blanca para lavar su
imagen”, disparó un referente sindical, recordando la inacción de la UF ante el
cierre del ramal de pasajeros a esa ciudad y los más de 3.500 despidos en el
sector desde el inicio del gobierno de Javier Milei.
El malestar también apunta a la postura dialoguista de
Sasia, quien en octubre de 2024 defendió la posibilidad de privatizar el
ferrocarril Belgrano Cargas, una posición que lo alejó de los gremios más
combativos de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT),
entidad que lideró hasta su renuncia en noviembre pasado tras tensiones
internas. “Mientras los trabajadores luchamos contra el desguace ferroviario,
Sasia prefiere el silencio o el guiño al Gobierno”, señaló un delegado de La
Fraternidad, gremio que, junto a otros, encabezó la organización del Tren
Solidario sin la participación activa de la UF.
El ramal Bahía Blanca, hoy sin servicio de pasajeros, se
suma a la lista de pérdidas que el sector atribuye a la falta de una oposición
firme por parte de la conducción de Sasia. En este contexto, el repudio se
extendió a las bases, que ven en su intento de subirse al éxito del Tren
Solidario una maniobra oportunista. “No puede hablar de solidaridad cuando no
defiende los puestos de trabajo ni los trenes que conectan el país”, sentenció
un trabajador del Tren Roca.
Mientras la cruzada solidaria fue celebrada como un ejemplo
de unidad obrera, el caso de Sasia reavivó el debate sobre el rol de los
dirigentes sindicales en tiempos de ajuste. Para muchos, su figura encarna la
contradicción entre el discurso de apoyo a los trabajadores y una práctica que,
según sus críticos, prioriza el diálogo con el poder por encima de la lucha
gremial. La polémica, lejos de apagarse, promete escalar en los próximos días,
con asambleas previstas para definir nuevas medidas frente a la crisis
ferroviaria.