CON PAROS ESCALONADOS LOS DÍAS 21 Y 22, 26 Y 27 DE AGOSTO, Y 1 Y 2 DE SEPTIEMBRE, LOS GREMIOS DOCENTES UNIVERSITARIOS RECHAZAN EL INSUFICIENTE AUMENTO DEL 7,5% ANUNCIADO POR EL GOBIERNO DE MILEI Y EXIGEN UNA RECOMPOSICIÓN SALARIAL DEL 45% PARA FRENAR EL DETERIORO DE SUS INGRESOS Y EL DESFINANCIAMIENTO DE LAS UNIVERSIDADES.
En un contexto de creciente malestar por el deterioro de los salarios y el desfinanciamiento del sistema educativo, los gremios docentes universitarios de Argentina, nucleados en organizaciones como la Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA y la CONADU Histórica, anunciaron un plan de lucha que incluye tres semanas de paros rotativos los días 21 y 22, 26 y 27 de agosto, y 1 y 2 de septiembre. Este cronograma de medidas de fuerza responde al reciente anuncio del gobierno de Javier Milei, a través del Ministerio de Capital Humano, de un incremento salarial del 7,5% a pagar en “cómodas minicuotas” desde septiembre hasta fin de año, una propuesta que los gremios consideran insuficiente y despectiva frente a su reclamo de una recomposición del 45%.
El comunicado emitido por la ministra Sandra Pettovello, junto a los secretarios Leonardo Torrendell y Carlos Álvarez, intentó presentar el incremento del 7,5% como un “fuerte respaldo” a los salarios y al presupuesto de las universidades nacionales. Sin embargo, los gremios denuncian que esta oferta está lejos de compensar la pérdida del poder adquisitivo, que según el informe de AGD Económicas sobre la evolución del salario docente, se ha desplomado en un contexto de inflación galopante y devaluación. El aumento, además, no especifica si será retroactivo ni cómo se implementará, generando más incertidumbre entre los trabajadores.
A esto se suma un pago “en negro” por única vez, escalonado según la dedicación docente: $6.250 para designaciones simples, $12.500 para semiexclusivas y $25.000 para exclusivas. Los gremios calificaron estas sumas como “insultantes” y criticaron su carácter no remunerativo, que no impacta en los haberes jubilatorios ni en los cálculos de aguinaldo. “Es una burla que no responde a las necesidades reales de los docentes ni al reclamo de recomposición salarial que venimos sosteniendo”, afirmó Ileana Celotto, secretaria general de AGD UBA.
Más allá del conflicto salarial, los gremios advierten que el gobierno de Milei profundiza el desfinanciamiento de las universidades nacionales y el sistema científico-tecnológico. “Las universidades están al borde del colapso presupuestario, con partidas congeladas que no alcanzan para cubrir los gastos operativos básicos”, señaló un comunicado de CONADU Histórica. A esto se suma el desmantelamiento de organismos como el CONICET, donde muchos docentes universitarios también desarrollan tareas de investigación, afectando gravemente la producción científica del país.
El paro nacional de la semana pasada marcó un punto de inflexión al visibilizar el reclamo docente no solo ante los estudiantes, sino también frente a los rectores de las universidades, quienes, según los gremios, “se muestran preocupados pero priorizan la normalidad académica por encima de las condiciones laborales”. La medida tuvo un fuerte impacto mediático y en redes sociales, obligando al gobierno a improvisar una respuesta que, lejos de calmar los ánimos, avivó la indignación del sector.
El plan de paros rotativos anunciado busca mantener la presión sobre el gobierno y los rectores, mientras se prepara una nueva marcha universitaria nacional para reforzar el reclamo por salarios dignos y mayor presupuesto para la educación pública. “No vamos a aceptar que nos condenen a la miseria salarial mientras desguazan la universidad pública y el sistema científico. Vamos por el 45% de recomposición y por la defensa de la educación como derecho”, expresó Celotto.
Los gremios también llaman a la unidad con otros sectores en lucha, como los trabajadores estatales, de la salud y de la industria, para construir un frente común contra las políticas de ajuste de Milei. “El gobierno quiere disciplinar a los trabajadores con migajas, pero no vamos a parar hasta que se escuche nuestro reclamo”, afirmó un representante de la Federación Nacional de Docentes Universitarios.
Con las tres semanas de paros rotativos, los docentes universitarios buscan mantener la visibilidad de su lucha y presionar por una respuesta concreta del gobierno. La marcha universitaria, cuya fecha se definirá en los próximos días, promete ser un hito en la resistencia contra el ajuste y el desfinanciamiento educativo. “Paramos la miseria, paramos a Milei”, es la consigna que resuena en asambleas y comunicados, reflejando la determinación de un sector que no está dispuesto a ceder en su defensa de la educación pública y los derechos laborales.
El desafío para los gremios será sostener la unidad y la movilización en un contexto económico adverso, donde la inflación y la precarización laboral afectan a amplios sectores de la sociedad. Mientras tanto, los docentes universitarios se preparan para llevar su reclamo a las calles, con la convicción de que la lucha colectiva es la única vía para frenar el deterioro de sus condiciones de vida y trabajo.