MASIVA MOVILIZACIÓN POR SAN CAYETANO: GREMIOS Y MOVIMIENTOS SOCIALES EXIGEN TRABAJO DIGNO Y JUSTICIA SOCIAL EN PLAZA DE MAYO

EN EL MARCO DEL DÍA DE SAN CAYETANO, PATRONO DEL PAN Y EL TRABAJO, MILES DE TRABAJADORES NUCLEADOS EN LA CGT, LAS CTA, UTEP Y DIVERSAS ORGANIZACIONES SOCIALES MARCHARON DESDE LINIERS HASTA PLAZA DE MAYO PARA RECHAZAR LAS POLÍTICAS DE AJUSTE DEL GOBIERNO DE JAVIER MILEI, RECLAMANDO PAZ, PAN, TIERRA, TECHO Y TRABAJO.



Buenos Aires, 7 de agosto de 2025 – Bajo el lema “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, una multitudinaria movilización encabezada por la Confederación General del Trabajo (CGT), las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma y CTA de los Trabajadores), la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y diversos movimientos sociales colmó las calles de Buenos Aires este jueves, en el marco de la festividad de San Cayetano, patrono del pan, la paz y el trabajo. La marcha, que partió a las 8 de la mañana desde el santuario de San Cayetano en Liniers y culminó en Plaza de Mayo, se convirtió en un contundente mensaje de resistencia frente a las políticas económicas del gobierno de Javier Milei.

La movilización, una de las más concurridas de los últimos años, reunió a trabajadores formales e informales, jubilados, estudiantes, organizaciones de derechos humanos y sectores religiosos, quienes se unieron para visibilizar la crisis social y laboral que atraviesa el país. Los gremios denunciaron el impacto de las medidas de ajuste, la apertura de importaciones, el desfinanciamiento de políticas públicas y la precarización laboral, que han profundizado el desempleo y la pobreza. Según datos del INDEC, la desocupación alcanzó el 7,9% en el primer trimestre de 2025, mientras que la caída de la actividad industrial y comercial agrava las condiciones de vida de millones de argentinos.


UN GRITO UNIFICADO POR LA DIGNIDAD DEL TRABAJO

La CGT, liderada por figuras como Héctor Daer y Gerardo Martínez (UOCRA), expresó su preocupación por “el aumento del desempleo y una caída estrepitosa de distintos sectores de la actividad comercial e industrial”. En un documento leído en Plaza de Mayo, la central obrera afirmó: “El ajuste económico no debe basarse en la destrucción del empleo o en el deterioro de su calidad. No avalamos políticas que recorten derechos laborales, que le pongan cepo a las paritarias libres o que desmantelen el Estado en nombre de una supuesta eficiencia”.

Por su parte, Rodolfo Aguiar, secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), calificó la marcha como “la antesala de un nuevo paro general” y criticó duramente al gobierno: “Tenemos un presidente que solo piensa en juntar dólares para pagarle al FMI. Nos conducen hacia una tragedia social”. Aguiar destacó la necesidad de “perforar el techo de las paritarias” para recuperar el poder adquisitivo perdido, en un contexto donde, a pesar de la baja de la inflación, “la plata no le alcanza a nadie”.

La Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), que representa a más de 700 mil trabajadores rurales, también se sumó a la movilización, exigiendo “salarios dignos, respeto a la autonomía sindical y el cese de la intervención de la obra social OSPRERA”. La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), liderada por Juan Carlos Schmid, aportó una de las columnas más numerosas y replicó la protesta en otras ciudades, como Rosario, donde se realizaron ollas populares en el Monumento a la Bandera.


LA VOZ DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA ECONOMÍA POPULAR

Los movimientos sociales, nucleados en la UTEP, jugaron un rol central en la marcha. Esteban “Gringo” Castro, secretario general de UTEP, resaltó el legado del Papa Francisco y la importancia de la economía popular en un contexto de ausencia del Estado: “Luchamos contra una reforma laboral que pulveriza derechos y por el reconocimiento de la economía popular, que sostiene la vida en los territorios”. Organizaciones como el Movimiento Evita, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el Polo Obrero llevaron sus demandas por un salario básico universal y políticas de apoyo a las cooperativas.

Juan Grabois, referente de Patria Grande, calificó la movilización como “un acto de resistencia popular frente al dogma de la injusticia social” del gobierno de Milei, enfatizando que “ningún pibe debe estar sin pan, ninguna familia sin techo, ningún trabajador sin derechos”. En tanto, Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo, y Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, también participaron, reforzando el mensaje de unidad y solidaridad.


UN MENSAJE ESPIRITUAL Y POLÍTICO

La jornada comenzó con una ceremonia religiosa en el santuario de San Cayetano, encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien llamó al diálogo y a “cuidar el empleo como una prioridad indeclinable”. En su homilía, García Cuerva pidió “dejar de lado las descalificaciones y el odio” y construir “una casa de reconciliación”. La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) también se pronunció, destacando que “la falta de trabajo hiere profundamente la dignidad de las personas” y llamando a priorizar el empleo en todo plan económico.

Sin embargo, la movilización adquirió un fuerte tono político, con críticas al gobierno por su “plan sistemático de discriminación” contra las provincias y el desfinanciamiento de sectores vulnerables. Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, destacó la masividad de la convocatoria: “El pueblo trabajador se expresó pacíficamente respecto de la necesidad de generar empleo y mejorar las condiciones de vida”.


RESPUESTA OFICIAL Y TENSIONES

Desde el gobierno, el vocero presidencial lamentó que “una fecha religiosa” fuera encabezada por “figuras políticas responsables del desastre económico heredado”. Esta postura fue rechazada por los organizadores, quienes afirmaron que la marcha refleja “el creciente descontento popular con un gobierno que está en guerra contra el pueblo trabajador”.

La movilización, que culminó con un acto frente a la Casa Rosada, incluyó discursos de referentes como Hugo “Cachorro” Godoy (CTA Autónoma), Daniel Catalano (ATE Capital) y Alejandro Gramajo (UTEP), quienes reivindicaron la unidad del movimiento obrero y social. “San Cayetano nos une, la necesidad nos moviliza y la dignidad nos sostiene”, expresó la CGT en sus redes sociales, resumiendo el espíritu de la jornada.


UN HITO EN LA RESISTENCIA OBRERA

La marcha de San Cayetano 2025 no sólo reafirmó la relevancia de una fecha emblemática en el calendario social argentino, sino que también consolidó la unidad entre gremios, movimientos sociales y sectores populares en un contexto de creciente malestar social. Los organizadores prometieron continuar la lucha en las calles, con la posibilidad de un nuevo paro general en el horizonte, mientras el gobierno enfrenta su “derrota número 13” en el rechazo a sus políticas, según afirmó Rodolfo Aguiar.

Con una Plaza de Mayo colmada, los trabajadores dejaron en claro que no pedirán milagros, sino que exigirán justicia social y un futuro con trabajo digno para todos los argentinos.


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