LA DECISIÓN DEL GOBIERNO NACIONAL DE SUSPENDER LA PRIVATIZACIÓN DE TRENES ARGENTINOS OPERACIONES Y DESTINAR MÁS DE $52.798 MILLONES A OBRAS E INFRAESTRUCTURA FUE RECIBIDA CON ALIVIO POR LOS SINDICATOS, QUE VEN EN ESTA MEDIDA UNA OPORTUNIDAD PARA FORTALECER EL SISTEMA FERROVIARIO PÚBLICO Y PROTEGER LOS PUESTOS DE TRABAJO.
En un giro inesperado, el Gobierno Nacional anunció la cancelación del plan de privatización de Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE), una medida que había generado fuerte resistencia entre los gremios ferroviarios y preocupación en el sector por el impacto que podría tener en los trabajadores y en la calidad del servicio público. En lugar de avanzar con la venta de activos o la concesión de tramos, el Ejecutivo decidió invertir más de $52.798 millones en obras de infraestructura y adquisición de maquinaria, con el objetivo de modernizar la red ferroviaria y mejorar la seguridad y eficiencia del transporte.
La noticia, fue celebrada por los sindicatos ferroviarios, que desde el inicio del debate sobre la privatización habían alertado sobre los riesgos de desmantelar un servicio esencial para millones de argentinos. Según los gremios, la privatización habría implicado una amenaza directa a los 23.271 puestos de trabajo que dependen de Trenes Argentinos, además de un posible encarecimiento de las tarifas, que actualmente cubren solo el 7,8% del costo real del servicio, mientras que el 92% proviene de transferencias estatales.
“Esta decisión es un triunfo de la lucha gremial y de la defensa del ferrocarril como un servicio público accesible para todos”, expresó el secretario general de uno de los principales sindicatos ferroviarios, quien pidió mantener el anonimato hasta que se realice una asamblea para evaluar los próximos pasos. “La inversión anunciada no sólo preserva los empleos, sino que también permitirá mejorar las condiciones de trabajo y la calidad del servicio para los usuarios”, agregó.
El plan de inversión del Gobierno, enmarcado en la Emergencia Ferroviaria declarada el año pasado, contempla $42.617 millones para obras en vías, puentes y sistemas de señalamiento, y $10.182 millones para la compra de locomotoras, trenes y equipamiento. Entre las prioridades se destacan la implementación del sistema de frenado automático (ATS) en las líneas San Martín, Sarmiento y Mitre, y la renovación de vías en los ramales La Plata, Tigre y Belgrano Sur. Estas mejoras buscan reducir el déficit operativo, que actualmente asciende a $978.773 millones, y sentar las bases para un sistema ferroviario más eficiente.
Sin embargo, los gremios mantienen una postura de cautela. Si bien celebran la pausa en la privatización, advierten que la situación financiera de Trenes Argentinos sigue siendo crítica, con ingresos proyectados de $83.801 millones frente a gastos operativos que superan el billón de pesos. “No bajaremos la guardia. Necesitamos garantías de que esta inversión no será un maquillaje para retomar la privatización en el futuro”, señaló un representante sindical. Los sindicatos también exigen participar en la planificación de las obras y en la toma de decisiones para asegurar que las mejoras beneficien tanto a los trabajadores como a los usuarios.
El único proceso de privatización que continúa en marcha es el de Belgrano Cargas, según confirmaron fuentes del Ministerio de Economía. Mientras tanto, el “plan ferroviario” del Gobierno busca reasignar recursos del fideicomiso de transporte, cancelar contratos sin ejecución y optimizar la operación para garantizar la continuidad del servicio público.
Desde el sector gremial, se espera que esta decisión marque un punto de inflexión en la política ferroviaria, priorizando la inversión estatal y la modernización del sistema por sobre los intereses privados. “El ferrocarril es un pilar del desarrollo nacional, y su fortalecimiento debe ser una política de Estado”, concluyeron los representantes sindicales, quienes convocarán a asambleas en los próximos días para discutir la situación y definir estrategias frente a los desafíos que persisten en el sector.