ORGANIZACIONES SINDICALES Y SOCIALES REALIZARON UNA MASIVA MOVILIZACIÓN PARA DENUNCIAR EL HAMBRE EN EL PAÍS

EN UN CONTEXTO DE CRECIENTE ANGUSTIA SOCIAL, MILES DE ARGENTINOS SE MOVILIZARON EN LA TRADICIONAL MARCHA POR SAN CAYETANO PARA DENUNCIAR LA ALARMANTE CRISIS HUMANITARIA QUE ATRAVIESA EL PAÍS. BAJO LA CONSIGNA DE VISIBILIZAR LA EMERGENCIA ALIMENTARIA, SOCIAL Y LABORAL, SECTORES DE LA CGT Y MOVIMIENTOS SOCIALES CRITICARON LAS POLÍTICAS DEL GOBIERNO DE JAVIER MILEI, RESPONSABILIZÁNDOLO POR EL AUMENTO DEL HAMBRE QUE AFECTA A LA POBLACIÓN. DURANTE LA CEREMONIA, DIVERSAS VOCES, HICIERON UN LLAMADO URGENTE A ENFRENTAR ESTAS POLÍTICAS QUE, SEGÚN DENUNCIARON, EMPUJAN A LA POBLACIÓN TRABAJADORA HACIA UNA SITUACIÓN INSOSTENIBLE. LA MASIVA PARTICIPACIÓN EN LA MOVILIZACIÓN REFLEJA EL DESCONTENTO Y LA DETERMINACIÓN DE LOS CIUDADANOS POR EXIGIR UN CAMBIO INMEDIATO EN RESPUESTA A SUS CRECIENTES NECESIDADES.





En el contexto de la celebración de San Cayetano, patrono del trabajo, se llevó a cabo una significativa movilización en las calles de Buenos Aires, donde gremios y movimientos sociales se unieron para denunciar la crisis alimentaria, social y laboral que afecta al país. Con discursos contundentes y una gran afluencia de público, los líderes de estas organizaciones no escatimaron en críticas hacia las políticas implementadas por el gobierno de Javier Milei, al que señalaron como responsable del incremento del hambre y la precarización de la vida de los trabajadores.

La marcha, que se inició en el barrio de Liniers, culminó con un acto central en Plaza de Mayo. Desde primera hora de la mañana, miles de personas se congregaron en el santuario de San Cayetano, donde se realizaron ceremonias religiosas presididas por figuras del clero, incluida la bendición de herramientas de trabajo. La movilización consistió en una peregrinación por las calles, destacando el espíritu de lucha y solidaridad entre los asistentes.

Entre los oradores destacados se encontraba Alejandro Gramajo, titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), quien fustigó las políticas económicas del gobierno, afirmando que estas “empujan al exterminio social” y agudizan la crisis humanitaria. Gramajo resaltó el hecho de que muchas personas que aún conservan sus empleos se ven forzadas a recurrir a ollas populares, evidenciando la gravedad de la situación que atraviesan los trabajadores frente a la inflación y el costo de vida exorbitante.

Asimismo, la movilización fue respaldada por diversos sectores de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de las Centrales de Trabajadores, quienes se unieron para visibilizar la grave emergencia que azota a la nación. La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval, entre otros, participaron de forma activa, demandando soluciones a una crisis que, según datos recientes, ha llevado el número de personas en situación de hambre de 4 millones a 8.5 millones en apenas ocho meses de gestión.
Hugo "Cachorro" Godoy, secretario general de CTA Autónoma, subrayó la necesidad urgente de frenar la “política de saqueo” que, a su juicio, está llevando adelante el gobierno de Milei. En sus declaraciones, insistió en la importancia de mantener la unidad entre los sectores que luchan por los derechos laborales y la dignidad de los trabajadores, instando a acciones inmediatas que respondan a las urgencias del pueblo argentino.

La masiva movilización del 7 de agosto no solo se traduce en un reclamo por mejores condiciones de vida, sino que también se manifiesta como un llamado a la reflexión sobre el rumbo del país. En un momento en que el hambre y la pobreza son temas centrales, la movilización es un recordatorio de que la lucha por la dignidad y los derechos de los trabajadores sigue vigente y que, con cada marcha, se reafirma el compromiso de millones de argentinos dispuestos a enfrentar las adversidades.
La jornada culminó en Plaza de Mayo, donde las diversas organizaciones reafirmaron su compromiso con la lucha social, destacando la importancia de seguir adelante en la defensa de los derechos de quienes, a pesar de las difíciles condiciones, se niegan a rendirse ante la adversidad. La respuesta colectiva ante la crisis es, sin duda, una señal de que la resistencia sigue viva en la sociedad argentina.

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