LA MULTINACIONAL ESTADOUNIDENSE WHIRLPOOL ANUNCIÓ EL CIERRE SORPRESIVO DE SU PLANTA EN EL PARQUE INDUSTRIAL DE FÁTIMA, PILAR, DEJANDO EN LA CALLE A MÁS DE 220 TRABAJADORES. DESDE EL GREMIO METALÚRGICO, SE CALIFICA LA MEDIDA COMO UN "INDUSTRICIDIO" IMPULSADO POR POLÍTICAS DE APERTURA IMPORTADORA, Y SE EXIGE LA INMEDIATA REINCORPORACIÓN O REUBICACIÓN DE LOS AFECTADOS.
En un golpe devastador para el sector industrial argentino, Whirlpool Argentina confirmó este miércoles el cese definitivo de operaciones en su planta de lavarropas en Pilar, inaugurada apenas en 2022 con una inversión millonaria. La decisión, comunicada sin previo aviso a los empleados, implica la desvinculación de 220 trabajadores, incluyendo operarios de producción, personal administrativo y equipos de gestión. Según fuentes sindicales, la empresa atribuye el cierre a la caída en las ventas locales, la avalancha de importaciones y la pérdida de competitividad para exportar, pero los gremios lo ven como un claro retroceso en la soberanía productiva del país.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que representa a la mayoría de los afectados, reaccionó con indignación. Delegados gremiales se presentaron de inmediato en la planta para apoyar a los trabajadores, quienes resolvieron permanecer en las instalaciones en señal de protesta y para exigir negociaciones justas. "No nos dieron ningún aviso previo; nos desvincularon a todos de un plumazo, incluso a recursos humanos y cadena de suministro", relató un operario a medios locales, destacando el impacto en familias enteras en medio de la crisis económica. Ignacio Cabezas, trabajador de la firma, agregó: "El cierre ya es una decisión tomada. Dicen que les sale muy caro invertir en el país", criticando la falta de compromiso de la multinacional con el empleo local.
Desde la perspectiva gremial, este cierre no es un caso aislado, sino un símbolo del "industricidio" que azota al sector por las políticas de liberalización económica. "La apertura indiscriminada de importaciones está destruyendo puestos de trabajo calificados y la industria nacional", afirmó un vocero de la UOM, exigiendo al gobierno intervención inmediata para revertir la medida y proteger a los trabajadores. El gremio negocia un paquete de indemnizaciones, pero insiste en priorizar la reubicación de parte del personal en otras operaciones de la empresa, que planea seguir comercializando productos importados en Argentina.
Organizaciones de Izquierda han llamado a "enfrentar el ataque patronal", solidarizándose con los despedidos y alertando sobre posibles conflictos similares en otras fábricas. En un contexto de recesión, donde el consumo interno cayó drásticamente, los sindicatos advierten que, sin medidas proteccionistas, miles de empleos industriales podrían peligrar. La UOM convoca a la unidad obrera para resistir este retroceso y defender el derecho al trabajo digno.
