LA OBRA SOCIAL DEL PERSONAL DE INDUSTRIAS QUÍMICAS Y PETROQUÍMICAS (OSPIQYP) ENFRENTA UNA TORMENTA JUDICIAL TRAS CONFIRMARSE LA FALSIFICACIÓN DE LA FIRMA DE SU REVISORA DE CUENTAS, PROFUNDIZANDO LAS ACUSACIONES DE IRREGULARIDADES FINANCIERAS Y MALA GESTIÓN LIDERADAS POR FABIÁN HERMOSO, QUIEN QUEDA CADA VEZ MÁS EXPUESTO ANTE LA JUSTICIA.
Un nuevo capítulo en el escándalo que sacude a la Obra Social del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (OSPIQyP) ha salido a la luz, confirmando lo que muchos afiliados temían: la firma de la revisora de cuentas, encargada de garantizar la transparencia en las finanzas de la entidad, fue falsificada. Este hallazgo, surgido de una investigación reciente, no solo pone en jaque la credibilidad de la obra social, sino que también agrava la situación judicial de su principal figura, Fabián Hermoso, acusado de liderar una gestión plagada de irregularidades.
La confirmación de la falsificación, detectada tras un exhaustivo análisis de los balances presentados por OSPIQyP, ha desatado una ola de críticas y sospechas sobre el manejo de los fondos de los afiliados. Según fuentes judiciales, la firma falsificada buscaba encubrir posibles desvíos de recursos y otras maniobras financieras dudosas que habrían ocurrido bajo la administración de Hermoso. Este hecho no solo compromete la integridad de los controles internos de la obra social, sino que también pone en evidencia una red de opacidad que podría haber perjudicado a miles de trabajadores del sector químico y petroquímico.
Fabián Hermoso, quien durante años ha estado al frente de OSPIQyP, enfrenta ahora un escrutinio cada vez más intenso. Las acusaciones en su contra incluyen malversación de fondos, administración fraudulenta y falta de transparencia en la gestión de los recursos destinados a la salud de los afiliados. La falsificación de la firma de la revisora de cuentas agrega un nuevo delito a la lista, complicando aún más su situación legal. "Es inaceptable que una institución que debería velar por el bienestar de sus afiliados esté envuelta en prácticas tan turbias", expresó un representante de los trabajadores, quien prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.
El caso ha generado una fuerte indignación entre los afiliados, quienes denuncian que la obra social ha incumplido sistemáticamente con la calidad de los servicios médicos prometidos. Desde demoras en autorizaciones hasta la falta de cobertura en tratamientos esenciales, los testimonios señalan un deterioro progresivo que coincide con la gestión de Hermoso. "Pagamos todos los meses para tener una cobertura digna, pero lo único que recibimos son excusas y promesas vacías", afirmó un afiliado afectado.
La situación judicial de OSPIQyP se complica aún más tras la intervención de la Superintendencia de Servicios de Salud, que ya había declarado a la obra social en situación de crisis meses atrás. Las auditorías realizadas por el organismo revelaron "incumplimientos graves" en los criterios establecidos para la gestión de fondos, lo que llevó a la entidad a un proceso de fiscalización intensiva. La reciente confirmación de la falsificación de la firma de la revisora de cuentas podría ser el golpe final para una institución que, según expertos, está al borde del colapso.
Por su parte, Fabián Hermoso ha intentado desvincularse de las acusaciones, argumentando que las irregularidades son responsabilidad de terceros y que su gestión siempre buscó el beneficio de los afiliados. Sin embargo, estas declaraciones han sido recibidas con escepticismo, especialmente tras conocerse que la falsificación de la firma no fue un hecho aislado, sino parte de un patrón de conductas cuestionables que la Justicia ahora investiga a fondo.
El futuro de OSPIQyP pende de un hilo. Mientras los afiliados exigen respuestas y una reestructuración completa de la obra social, la Justicia avanza en la recolección de pruebas que podrían derivar en sanciones severas para Hermoso y otros responsables. Este escándalo no solo pone en tela de juicio la gestión de una de las obras sociales más importantes del sector, sino que también plantea interrogantes sobre la supervisión de las autoridades competentes, que permitieron que estas irregularidades se prolongaran durante años.
La investigación continúa, y los ojos están puestos en los próximos pasos judiciales. Lo único claro es que la confianza en OSPIQyP y en Fabián Hermoso está gravemente comprometida, y los afiliados merecen mucho más que promesas vacías y maniobras fraudulentas.