LA RELACIÓN ENTRE EL GOBIERNO Y LA CGT HA QUEDADO EN UN PUNTO CRÍTICO, CON ADVERTENCIAS DE REPETICIÓN DE CRISIS PASADAS LIGADAS A LA CONGELACIÓN SALARIAL. LA MEDIDA, TAMBIÉN CRITICADA POR GREMIOS COMO CAMIONEROS, SANIDAD Y LA UOM, HA LLEVADO A LA SUSPENSIÓN DE NEGOCIACIONES Y AL RIESGO DE PAROS, REFLEJANDO UNA LUCHA POR EL PODER ADQUISITIVO DE LOS TRABAJADORES FRENTE A LA INFLACIÓN.
En Argentina, la política salarial ha alcanzado un punto de tensión significativo con los sindicatos debido a la decisión del gobierno de Javier Milei de establecer un tope del 1% mensual en los aumentos salariales. Esta medida ha generado conflictos en varios gremios, destacándose especialmente el sector de Camioneros, donde Hugo Moyano ha indicado la posibilidad de medidas de fuerza para presionar al gobierno.
La administración de Milei ha enfrentado críticas por fijar un límite que muchos consideran insuficiente frente a la inflación, lo cual ha llevado a una relación tensa entre la Confederación General del Trabajo (CGT) y el Ejecutivo. La CGT, bajo el liderazgo de figuras como Octavio Argüello, ha advertido sobre las consecuencias de esta directiva, recordando históricos períodos de congelación salarial que derivaron en crisis económicas.
No solo Camioneros está en conflicto; otros gremios como Sanidad y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) también han encontrado trabas en sus negociaciones salariales, con el ministro de Economía, Toto Caputo, estableciendo un límite que no contempla ajustes por inflación. La tensión se ha manifestado en reuniones suspendidas y en la amenaza de paros y movilizaciones.
El debate sobre las paritarias revela una discrepancia fundamental entre el gobierno, que busca controlar la inflación a través de un techo salarial, y los sindicatos, que demandan ajustes que mantengan o mejoren el poder adquisitivo de los trabajadores.