LOS GREMIOS PARTICIPARON DEL DÍA DE LA LEALTAD EN CELEBRACIONES SEPARADAS

DOS ACTOS SEPARADOS MARCARON EL DÍA DE LA LEALTAD PERONISTA UNO ORGANIZADO POR EL GOBERNADOR AXEL KICILLOF, QUE ABOGÓ POR LA UNIDAD EN TORNO A LOS PRINCIPIOS PERONISTAS Y CRITICÓ LAS POLÍTICAS DEL GOBIERNO DE JAVIER MILEI. POR OTRA PARTE, GUILLERMO MORENO, DEL PARTIDO "PRINCIPIOS Y VALORES", CENTRÓ SU DISCURSO EN LA NECESIDAD DE REVITALIZAR LA INDUSTRIALIZACIÓN DE ARGENTINA, DESTACANDO LA CRÍTICA SITUACIÓN ECONÓMICA Y PRESENTANDO PLANES CONCRETOS EN ESTE SENTIDO.




El Día de la Lealtad, una fecha emblemática para el peronismo, se conmemoró este año en medio de una marcada división interna. A un mes de las elecciones internas del Partido Justicialista (PJ), dos actos separados –en los cuales participaron diferentes gremios- reflejaron las disímiles visiones que coexisten dentro del movimiento. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, organizó un encuentro centrado en la unidad y la defensa de los principios peronistas, mientras que el exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se enfocó en la necesidad de revitalizar la industrialización del país.


Kicillof, en su discurso, convocó a la unidad bajo el lema "Lealtad al pueblo. La patria no se vende". Con un mensaje claro en contra de las políticas del actual gobierno de Javier Milei, subrayó la importancia de mantener la cohesión dentro del peronismo y rechazó cualquier intento de división. “La única pelea que me interesa es la pelea contra las políticas de Milei”, afirmó, dejando en claro su posición en este complejo panorama político. Acompañado de intendentes y miembros de su gabinete, Kicillof también destacó la relevancia de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner en la historia del peronismo.


Por otro lado, Guillermo Moreno, líder del partido "Principios y Valores", organizó su acto en la plaza Juan Domingo Perón, donde abogó por una nueva etapa de industrialización en Argentina. Moreno planteó que el proceso de industrialización debe ser considerado como una gesta y subrayó dos condiciones esenciales para su implementación: la solución de la cuestión energética y el fomento del mercado interno. Su discurso, aunque alejado de la búsqueda de unidad promovida por Kicillof, refleja una perspectiva pragmática en un contexto de crisis económica.


El Día de la Lealtad de este año no solo celebró los principios fundacionales del peronismo, sino que también puso de relieve las tensiones internas del movimiento. Mientras Kicillof aboga por la unidad y la continuidad de un legado histórico, Moreno plantea desafíos concretos para el futuro del país, creando un escenario de debate que promete influir en las elecciones del Partido Justicialista y en el rumbo político argentino. La celebración, por tanto, se convierte en un reflejo de las disidencias y aspiraciones que caracterizan a una de las fuerzas más arraigadas a los sindicatos y por ende a los trabajadores en la historia política de Argentina.











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