EL GREMIO PODRÍA TOMAR MEDIDAS DE FUERZA PARA PROTEGER LA PRODUCCIÓN Y LOS EMPLEOS DEBIDO A LA DEUDA POR SUELDOS Y APORTES QUE MANTIENE LA EMPRESA. EN NOVIEMBRE SE HABÍA ACORDADO SALDARLA, PERO LA FIRMA CONCURSÓ A LA SEMANA, LO QUE SE INTERPRETA COMO UNA MANIOBRA FRAUDULENTA.
La empresa láctea Alimentación Refrigerados SA (ARSA) se encuentra en medio de una situación delicada, con tensiones crecientes entre la empresa y el sindicato de trabajadores. En noviembre del año pasado, ARSA había firmado un acuerdo con la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) para saldar una deuda de 800 millones de pesos en concepto de sueldos y aportes. Sin embargo, una semana después la empresa se presentó en concurso preventivo, lo que los trabajadores interpretan como una maniobra fraudulenta para evadir sus obligaciones.
Ante la intención de la empresa de suspender a parte de sus más de 500 trabajadores debido a una supuesta caída en las ventas, ATILRA se declaró en estado de alerta y advirtió que podrían tomar medidas de acción directa en defensa de los puestos de trabajo. La tensión entre ambas partes se ha ido incrementando, ya que el sindicato teme que la empresa esté buscando generar un parate para despedir personal.
La empresa, fundada en 2016 y especializada en la producción de yogures y postres para marcas como Yogs, Shimy y Lechelita, cuenta con dos plantas ubicadas en Arenaza, partido de Lincoln de la provincia de Buenos Aires, y en Córdoba. Los propietarios de ARSA se reunieron con las autoridades de ATILRA para comunicarles su intención de suspender a trabajadores, lo cual fue rechazado de manera tajante por el sindicato.
En resumen, la situación en ARSA es complicada y se espera que las tensiones entre la empresa y el sindicato continúen en aumento. Los trabajadores se encuentran en alerta y dispuestos a tomar medidas en defensa de sus puestos de trabajo, mientras que la empresa busca encontrar una solución a sus problemas financieros que no perjudique a su personal.