GABRIEL ORIOLO, EXDIRECTIVO DE OSDE, PRESENTÓ SU DIMISIÓN COMO TITULAR DE LA SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD, EN UN CONTEXTO DE FUERTES CRÍTICAS DESDE EL SINDICALISMO POR SU GESTIÓN Y LA INTERVENCIÓN DE OBRAS SOCIALES. LO REEMPLAZARÁ CLAUDIO STIVELMAN, ACTUAL GERENTE GENERAL DEL ORGANISMO.
En un nuevo capítulo de tensiones entre el Gobierno y el sector sindical, Gabriel Oriolo, superintendente de Servicios de Salud (SSS), presentó su renuncia al cargo el pasado sábado 28 de junio de 2025, según confirmó a través de un mensaje en su cuenta de X. La dimisión, que será oficializada el lunes en el Boletín Oficial, se produce en medio de crecientes cuestionamientos por parte de gremios y la Confederación General del Trabajo (CGT) a su gestión, marcada por la intervención de ocho obras sociales sindicales y el cierre de otras cinco en las últimas semanas. Oriolo, un exejecutivo de OSDE con 26 años de trayectoria en la prepaga, argumentó “motivos personales” para su salida, aunque fuentes sindicales sugieren que las sospechas sobre irregularidades en su administración habrían precipitado la decisión.
Oriolo asumió la conducción de la SSS en enero de 2024, tras la salida de Enrique Chiantore, y lo hizo de la mano del actual ministro de Salud, Mario Lugones. Durante su gestión, el funcionario impulsó una serie de reformas orientadas a reforzar el rol fiscalizador del organismo, en un contexto de crisis financiera que afecta a la mayoría de las obras sociales y prepagas del país. Entre sus medidas más destacadas se encuentran la intervención de obras sociales como la Obra Social del Personal de la Industria del Chacinado y Afines, la Obra Social de los Trabajadores Rurales y Estibadores (Osprera), y la Obra Social del Personal Ladrillero, entre otras. Además, en las últimas semanas, se aceleró el cierre de cinco entidades consideradas “sellos de goma” por no contar con suficientes afiliados, lo que generó fuertes críticas desde el arco sindical.
El sector gremial, encabezado por la CGT, había intensificado sus cuestionamientos a Oriolo, especialmente tras la declaración de nueve obras sociales en estado de crisis durante junio, un paso previo a su eventual liquidación. Entre las entidades en la mira se encuentra Oschoca, la obra social de los camioneros liderada por Hugo Moyano, que enfrenta una deuda superior a los 20 millones de dólares. Según pudimos averiguar desde Red Gremial, la gestión de Oriolo estaba bajo escrutinio por presuntas irregularidades, incluyendo acusaciones de manejo discrecional de fondos, lo que habría generado un clima de desconfianza y protestas públicas por parte de los sindicatos. “La renuncia de Oriolo no sorprende, pero deja al descubierto la fragilidad de un sistema de salud que el Gobierno parece decidido a desmantelar en favor de intereses privados”, señaló un referente sindical consultado.
En su mensaje de despedida, Oriolo defendió su gestión, destacando que “se recuperó el rol fiscalizador de la Superintendencia, un objetivo que no se cumplía en los últimos años”. También agradeció al presidente Javier Milei y al ministro Lugones por la oportunidad, subrayando que “la salud en Argentina arrastra una crisis estructural de décadas que exige transformaciones profundas”. Sin embargo, desde el sindicalismo se interpreta su salida como una respuesta a la presión gremial y a las dificultades para sostener el control de un sistema de salud bajo fuerte stress financiero, agravado por la inflación y el aumento de costos en medicamentos y servicios médicos.
El reemplazo de Oriolo será Claudio Stivelman, un médico con experiencia en seguridad social y actual gerente general de la SSS. Stivelman, quien también participó en la reestructuración del sector de prepagas, asumirá con el desafío de mantener el rumbo de las reformas impulsadas por el Gobierno, mientras enfrenta un escenario de creciente conflictividad con los gremios. A su vez, Juan José Picón, hasta ahora gerente de subsidios por reintegro, ocupará el cargo de gerente general. Fuentes del Ministerio de Salud aseguraron que la transición busca garantizar la continuidad de las políticas de fiscalización y reordenamiento del sistema de salud.
La renuncia de Oriolo se produce en un momento crítico para el sector, donde las obras sociales sindicales, pilar fundamental de la cobertura médica para millones de trabajadores, enfrentan problemas estructurales que incluyen deudas millonarias y una caída en los ingresos. Desde el sindicalismo, se advierte que las políticas de intervención y cierre de obras sociales podrían debilitar aún más el sistema solidario de salud, beneficiando a las prepagas privadas. “El Gobierno debe entender que las obras sociales son un derecho conquistado por los trabajadores, no un negocio para desguazar”, afirmó un dirigente de la CGT.
Con la salida de Oriolo, el sindicalismo espera que el nuevo titular de la SSS adopte una postura más dialoguista y preserve el rol de las obras sociales como herramienta de protección para los trabajadores. Sin embargo, el rumbo de las reformas impulsadas por el Gobierno sugiere que el conflicto entre el Ejecutivo y los gremios está lejos de resolverse.