LA UNIÓN TRANVIARIOS AUTOMOTOR ANUNCIÓ UNA HUELGA DE 24 HORAS EN TODO EL PAÍS TRAS EL FRACASO DE LAS NEGOCIACIONES PARITARIAS CON LAS CÁMARAS EMPRESARIALES, QUE SE NIEGAN A PRESENTAR UNA OFERTA SALARIAL SERIA, AFECTANDO A MILLONES DE USUARIOS DEL TRANSPORTE PÚBLICO.
La Unión Tranviarios Automotor (UTA), confirmó un paro nacional de 24 horas para el próximo martes 6 de mayo de 2025. La medida de fuerza, que paralizará el transporte urbano y suburbano en todo el país, responde al estancamiento en las negociaciones paritarias y a la falta de una propuesta salarial digna por parte de las cámaras empresariales. Desde el gremio, liderado por Roberto Fernández, denuncian que los empresarios utilizan la falta de actualización de subsidios y tarifas como excusa para dilatar las tratativas, mientras los salarios de los trabajadores quedan desfasados frente a una inflación galopante.
El conflicto se intensificó tras una audiencia clave el pasado 30 de abril, convocada por la Secretaría de Trabajo bajo el Ministerio de Capital Humano, en la que las cámaras empresariales —AAETA, CEAP, CETUBA, CTPBA y CEUTUPBA— reiteraron su oferta de un incremento salarial irrisorio. Según la UTA, las empresas propusieron un aumento remunerativo de menos del 6% a partir de julio, acompañado de bonos no remunerativos de $40.000 para el 26 de mayo, $50.000 para el 16 de junio y $70.000 para el 15 de julio, con un salario básico de $1.270.000. “Es una falta de respeto a la dignidad de los trabajadores”, expresó el gremio en un comunicado, calificando la propuesta como “provocadora” y acusando a los empresarios de escudarse en las “indefiniciones” del Gobierno nacional, la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“El salario representa la dignidad de nuestras familias. No podemos seguir aceptando maniobras dilatorias mientras nuestros sueldos pierden poder adquisitivo mes a mes”, afirmó un delegado de la UTA en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde la medida afectará a más de 300 líneas de colectivos y a cerca de 9 millones de pasajeros diarios. La filial de Córdoba, junto con otras seccionales del interior, también confirmó su adhesión al paro, lo que garantiza un impacto nacional.
El trasfondo del conflicto refleja la fragilidad de un sistema de transporte público asfixiado por la falta de fondos. Según el Índice Bondi, elaborado por la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), el costo real del boleto en marzo fue de $1.596,40, pero los usuarios pagaron un promedio de $371,13, mientras las empresas recibieron $973,76, evidenciando un déficit operativo del 40% cubierto parcialmente por subsidios estatales. Las cámaras empresariales, representadas por figuras como Gustavo Larrea de FATAP, argumentan que sin una actualización de tarifas y subsidios no pueden mejorar los salarios, una postura que la UTA considera una excusa para evitar compromisos.
Desde el sindicato, la decisión de ir al paro se tomó tras el vencimiento de la conciliación obligatoria dictada por el Gobierno el 7 de marzo, que había frenado una medida similar. “Pese a las gestiones de nuestro Consejo Directivo Nacional, no se ha podido mejorar el ofrecimiento empresario. Los trabajadores, todos juntos, saldremos a defender nuestros salarios”, señaló la UTA, convocando a la unidad de los choferes. La medida, que comenzará a las 00:00 del martes 6 de mayo, se mantendrá “independientemente de cualquier convocatoria a audiencias” que pueda realizarse, aunque la Secretaría de Trabajo programó una reunión de última hora para el lunes 5 de mayo a las 14:00, en un intento por evitar la huelga.
El paro no solo afectará a los usuarios, que deberán buscar alternativas para movilizarse, sino que también pone en el centro del debate la precarización del transporte público y la falta de intervención del Gobierno de Javier Milei, al que la UTA acusa de “mirar para otro lado” mientras el conflicto escala. En un contexto de inflación persistente y tarifazos que golpean a los pasajeros, los trabajadores del transporte se plantan en defensa de su poder adquisitivo, dejando claro que no aceptarán más postergaciones. “Sin salario digno, no hay servicio”, sentenciaron desde el gremio, marcando la línea de un conflicto que promete seguir profundizándose si no hay respuestas concretas.