TRAS UNA REUNIÓN CLAVE EN SU SEDE HISTÓRICA, LA CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO DEFINIÓ UNA HUELGA DE 24 HORAS Y UNA MOVILIZACIÓN PREVIA, MARCANDO EL TERCER PARO CONTRA EL GOBIERNO DE MILEI EN MEDIO DE TENSIONES POR POLÍTICAS ECONÓMICAS Y ENFRENTAMIENTOS CON LAS FUERZAS DE SEGURIDAD.
La Confederación General del Trabajo (CGT) oficializó este jueves la convocatoria a un paro general de 24 horas para el próximo 10 de abril, en una decisión que reafirma la escalada de conflictividad entre el movimiento sindical y el gobierno de Javier Milei. La medida, resuelta en una reunión del Consejo Directivo en la histórica sede de Azopardo 802, incluye además una movilización masiva el día previo, el 9 de abril, en apoyo a los jubilados y como protesta contra las políticas económicas y los recientes episodios de represión.
El anuncio llega tras semanas de creciente malestar en el seno de la central obrera, impulsado por despidos masivos, la quita de subsidios, la inflación persistente y la ratificación de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que los gremios consideran una amenaza directa al poder adquisitivo de los trabajadores. A esto se suma la indignación por la represión policial durante la marcha de jubilados del pasado 12 de marzo frente al Congreso, que dejó heridos, incluido el fotógrafo Pablo Grillo, en estado grave.
Héctor Daer, uno de los secretarios generales del triunvirato que conduce la CGT, destacó la necesidad de "dar una respuesta contundente a un gobierno que no escucha a los trabajadores". "No vamos a tolerar que se sigan pisoteando los derechos laborales ni que se reprima a quienes salen a reclamar lo justo", afirmó Daer tras el encuentro. La huelga, que paralizará actividades en sectores clave como el transporte –con la adhesión confirmada de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA)–, la industria y los servicios, será la tercera medida de fuerza de este tipo contra la gestión libertaria, tras los paros del 24 de enero y el 9 de mayo de 2024.
El Consejo Directivo, que contó con una asistencia casi perfecta, debatió también la duración del paro. Mientras un sector liderado por Luis Barrionuevo propuso extenderlo a 36 horas, la mayoría optó por mantenerlo en 24, priorizando una acción contundente pero focalizada. "Es un mensaje claro: no estamos dispuestos a seguir negociando migajas mientras se profundiza la crisis", señaló Carlos Acuña, otro de los líderes de la central.
La movilización del 9 de abril, en tanto, busca visibilizar la situación de los jubilados, cuyos haberes han sido duramente golpeados por la inflación y las políticas de ajuste. La CGT también confirmó su participación en la marcha del 24 de marzo por el Día de la Memoria, reforzando su agenda de protesta en un mes que promete ser de alta tensión social.
Desde el gobierno, el vocero presidencial Manuel Adorni calificó el paro como "una medida para defender intereses propios" y aseguró que "no hay nada que lo justifique". Sin embargo, en el ámbito gremial, la percepción es opuesta: "Este es un gobierno que solo dialoga con los mercados y reprime a los trabajadores. El paro es inevitable", afirmó un dirigente de la UOCRA presente en la reunión.
Con el transporte público –colectivos, trenes y subtes– sumándose a la huelga, el impacto del 10 de abril se sentirá en todo el país. La CGT, con esta decisión, no solo tensiona al máximo su relación con la Casa Rosada, sino que reafirma su rol como principal bastión de resistencia frente a las políticas de ajuste, en un contexto de creciente descontento social. El movimiento obrero, una vez más, se prepara para hacer oír su voz en las calles y en los lugares de trabajo.