LA SITUACIÓN EN RÍO TERCERO SE HA VUELTO CRÍTICA TRAS EL ANUNCIO DE PETROQUÍMICA RÍO TERCERO SOBRE EL CIERRE DE SU PLANTA DE TDI (DISOCIANATO DE TOLUENO) Y EL DESPIDO DE 125 DE SUS 375 EMPLEADOS. ESTE LAMENTABLE EVENTO HA GENERADO UNA GRAN PREOCUPACIÓN NO SOLO ENTRE LOS TRABAJADORES DE LA EMPRESA, SINO TAMBIÉN EN LA VECINA FÁBRICA MILITAR, QUE DEPENDE EN GRAN MEDIDA DE SU PRODUCCIÓN.
La industria química de Río Tercero está atravesando un momento crítico que ha llevado a la empresa Petroquímica a anunciar el despido de 125 de sus 375 empleados. Esta decisión se produce en el contexto del cierre de su planta de TDI (disocianato de tolueno), una unidad fundamental para la operación de la compañía, que se detuvo a principios de este mes debido a un exceso de stock y la disminución en las ventas.
Desde el anuncio oficial, la situación en las instalaciones ha sido tensa. En la noche del miércoles 10, se impidió el acceso al personal que debía tomar su turno, generando una oleada de inquietud entre los trabajadores. Un vallado policial fue establecido en la entrada de la planta, mientras un grupo de empleados y representantes del sindicato de químicos se congregó en el lugar. El sindicato, que aún no ha recibido notificaciones oficiales sobre la magnitud de los despidos, ha instalado una carpa de protesta a la entrada del polo industrial como señal de movilización y reclamo.
La planta de TDI, inaugurada en 1981, ha sido la principal fuente de producción y facturación de Petroquímica. La empresa había indicado previamente que se esperaba reanudar operaciones el lunes 14; sin embargo, la incertidumbre sigue latente. Detener esta planta no solo afecta a los empleados directamente, sino que también tiene implicaciones significativas para la Fábrica Militar Río Tercero, que depende en gran medida de ella. De hecho, esta industria estatal vende el 90% de su producción de ácido nítrico a Petroquímica para la producción de TDI, y la cercanía entre ambas empresas fue un factor clave en la decisión de establecimiento de la planta química.
La preocupación es palpable entre los trabajadores de la Fábrica Militar, quienes son conscientes de que la crisis en la industria vecina podría repercutir en su propia estabilidad laboral. Las ventas de ácido nítrico han sido la principal fuente de ingresos para la Fábrica Militar durante muchos años, y la posibilidad de que esta situación se agrave es motivo de inquietud.